Roberto Aparici |
Pues bien, la lectura de tan interesante trabajo y los comentarios que surgieron en Facebook (ya os he dicho alguna vez la suerte que tengo de estar rodeado de gente inspiradora) hicieron que me planteara la necesidad de ampliar los conceptos que se tratan en el artículo anteriormente vinculado. Y es que, aunque me encantó la claridad de la transmisión de los conceptos que en él se tratan, me quedé con las ganas de concretar un poco más. Esperaba obtener una metodología de implantación, un "algo" que le diera sentido a todo, un pasar de la palabra a la acción. Porque en mi día a día necesito innovar y ofrecer mejores servicios a mis clientes, que al fin y al cabo, son mis alumnos y alumnas.
El el artículo de Aparici y Silva se analiza y critica la pedagogía transmisiva, la cual "peca" de unidireccional para los tiempos que corren, al igual que los medios de comunicación más tradicionales que continúan intentando mantener la hegemonía informativa en un medio que ha cambiado por completo. Es por ello que hacen apología de una pedagogía interactiva que se caracteriza por la colaboración en la construcción del conocimiento, basándose en la participación, el diálogo y la coautoría, de forma muy similar a las estructuras comunicativas que se producen en la web 2.0. Cada uno de los participantes de nuestros cursos de formación es, potencialmente, un medio de comunicación y esto es porque están acostumbrados (aunque no sean conscientes) a hacerlo en sus redes sociales.
Pues bien, vayamos al meollo de la cuestión. Mirad hacia dentro de vuestras plataformas de formación y planes de estudios, revisad vuestras guías didácticas, consultad a vuestros docentes y descubriréis (con horror) que vuestro modelo formativo se basa en el clásico "feed-back". Y lo que es peor, en algunos casos, ni eso. El modelo "feed-back" (y ojo, nadie dice que sea malo) se basa en un refuerzo a los conocimientos adquiridos por el alumnado, pero siempre desde la perspectiva del emisor, el cual acapara y controla el conocimiento que se imparte en la formación. Da igual que sea presencial o a distancia, es el modelo más tradicional conocido. Hay una genial entrada de Javier Díaz en su blog al respecto de por qué el alumnado abandona los cursos de formación y en gran medida es por falta de feed-back. Y aquí radica el problema: tal y como hacemos la formación, usando el modelo "feed-back" somos emisores de información al estilo "mainstream" de los grandes medios de comunicación. Es cierto que se produce cierta interacción entre el alumnado y nosotros, pero si lo analizas con cautela te darás cuenta de que se trata de una relación única de comunicación de persona a persona y en ocasiones en un sólo sentido. Pues deja que te diga que tu público, tu alumnado, tus clientes... ya no están acostumbrados a este modelo formativo. Muchos de ellos, aunque no sean conscientes, ya están cansados del mainstream y prefieren otras fuentes de información.
Pues bien, de lo que hablamos hoy es de usar el modelo "feed-feed" y aplicarlo a esos PLE (Entornos Personales de Aprendizaje) que tu alumnado está acostumbrado a usar a diario. Debes sobrepasar el modelo de ser el emisor único de información, para comprender que todos y todas sufren a diario constantes estímulos que pueden ser aprovechados para reforzar el conocimiento que se quiere adquirir en la formación. Y repito, los usuarios, hoy por hoy se mueven en ámbitos de información que complementan lo que aprenden a diario. Si te mueves en determinado gremio profesional, acabas relacionándote con gente "similar" o con las mismas inquietudes que tú. Es lo que Dolors Reig denomina: tu propio "Market Place" (genial adaptación del concepto, por cierto).
Piensa un poco y plantéate si esto no es la verdadera interactividad de la que hace tanto tiempo que escuchamos hablar. Si lo que se busca, cuando se habla de interactividad, es una acción que provoca una reacción, no se me ocurre un modelo mejor que el formativo para poner en marcha esta interacción. En la relación comunicativa que se establece en un curso de formación, permitir que el alumnado complemente lo ofrecido a través de su entorno cercano y lo comparta con los demás es la interactividad por antonomasia. Y es en ese preciso momento cuando el formador, tutor o dinamizador (llámalo Community Manager, si quieres, a mí no me gusta) de un curso de formación pasa de ser la fuente única de información a un verdadero catalizador de conocimiento.
Bien, pues si ya estamos de acuerdo en (casi) todo voy a proponerte algunas actividades que podrías usar en tus cursos de formación. Es posible que te resulten simples de plantear o ejecutar, pero de lo que se trata es de sumar siempre +1 en el nivel de interacción del alumnado cuando se afronta una actividad.
Si te resultan útiles, usa estas fichas a voluntad, pero no estaría mal que comentaras donde las has conseguido ;)
1. Material a partir de respuestas razonadas:
2. Actividad con repetición "alimentada":
3. Creamos un material entre todos:
Espero que te sean de ayuda, seguro que se te ocurre alguna otra actividad, si es así no estaría mal que la compartieras en los comentarios.
¡Ey, no olvides disfrutar con lo que haces, eso se contagia!
Me encanta como lo explicas todo….Un artículo sencillo y mucha más información implícita de lo que parece. Mil gracias Javier.
ResponderEliminarMil gracias a tí Rocío. Viniendo de tí, es todo un HONOR :)
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